Libertad falsa

Léase Lucas 15.1-10
Cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios...



-Romanos 12.2 (VPEE)
Desde que era una bebé hasta mi segundo año de universidad, asistía a la iglesia con tanta frecuencia que un amigo dijo bromeando: «Siempre pensé que tu familia vivía en la iglesia». Dejé de ir a la iglesia mientras estaba en la universidad. Quería ejercitar mi libertad al estar lejos de mis padres.




La comunión con Dios me ha dado energía, sostén y esperanza. ¿Por qué dejé de asistir a la iglesia? El estilo de vida que escogí es típico de muchos jóvenes, motivada por la libertad y la independencia. Estaba reacia a admitirlo, pero con cada paso hacia ese tipo de vida, me alejaba de Dios y suprimía la obra del Espíritu Santo. En uno de mis momentos difíciles, recuerdo haberle dicho a mis padres: «Dios se ha olvidado de mí».




Cuando regresé a la iglesia hace ocho años, fue como regresar a casa. Me sentí bienvenida no sólo por la congregación, sino también por Dios. Debí haber pasado el punto donde Dios ofrece su perdón. Pero Dios me alcanzó con infinito amor y gracia, y me rescató del lío que había hecho de mi vida. Dios me dio nueva vida, una en que siento gozo cada día.

Oración:
Oh Dios, gracias por mostrarnos el camino hacia la verdadera libertad a través de tu Hijo Jesucristo. Amén.

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